Relato erotico

-Lisa te lo puedo explicar -¿Qué me vas a explicar que eres un libertino? -No es eso, llevo mucho años carente hacerlo con tu madre, estamos pasando por una mala situación y los hombres tienen necesidades. -¿Pero papá tanto se te ocurre? -Que te calles actualmente, o yo haré que te calles. Se acercó a mi con aire desafiante, con el pantalón marcado por su pene empalmado y no fuerte del todo. Intenté darme media vuelta y huir pero solo con la acción de girarme él me agarró el brazo derecho, y me volvió a rotar contra él. -Tu me has obligado. Se bajó el pantalón y los slip hasta los tobillos. -No papá por atención, estate quieto. -Que te calles te he dicho. Me agarró mis dos brazos con su mano izquierda y me puso de rodillas, y con las derecha se agarró su bálano firme y lo dirigió hacia mi boca, tanto veía que me resistía, alzó la mano y arremetió contra mi cara con una fuerza brutal dejando mi aspecto magullado y con ciertas lágrimas de angustia y decepción. Volvió a cogerse el miembro y volvió a probar meterlo en mi boca, esta vez no tenía fuerzas para resistirme y simplemente sentí su miembro adentro de mi boca, atragantándome con él, movía mi cabeza varias veces desde delante hacia atrás con una agilidad vertiginosa, repitió este proceso varias veces. Me soltó, estaba agotada así que el abandonar no era una de mis posibilidades, y no hice nadie más que quedarme tendida en el suelo falto fuerzas y cogiendo ventilar acción que primeramente no podía hacer por tener ese miembro tan enorme para mí, bien que los he legítimo pero no de tanto dimensión y tanto grosor y mucho menos a tanta ligereza. Homer procedió a quitarme la blusa arrancándomela por además de mi cabeza, el sujetador gris corrió la misma suerte. Hincó sus rodillas en el suelo a la altura de mis muslos, me subió los brazos por además de mi cabeza y me los unió agarrándomelos con una sola mano y con la otra aprovecho para tocar mis pechos. Al principio rápido y con toda la mano y luego a pellizcarme los pezones, sabía que eso no iba a ser todo, se agachó y restregó su cara, con la boca abierta y con su sucia lengua por mi panza. Me bajo la falda, me dio media vuelta y me puso boca bajo separando mis piernas lateralmente, se cogió su falo y lo restregó contra mi culo, lo que venía a prolongación iba a ser mucho peor que todo esto. Me levantó descortésmente y me sentó en el turca próximo a nosotros, me subió las piernas y me penetró sin contemplación ni remordimientos, mi matriz contenía su bálano enhiesto y sediento de molla que no iba a parar inclusive quedarse falto fuerzas. La desengaño que sentía hacia mi padre solo era proporcionado a la que sentía hacia mi misma, porque disfrutaba de esta acción tan perversa, gozaba mas supiese que el que me estaba dando este goce era mi propio padre. Seguí en esta postura asaz duración y Homer no bajaba el listón, no paraba de penetrarme dura y velozmente, entidad que por mis lloros y por mis lamentaciones no parecía. Pronto paró, pero ese parar solo iba a extender unos segundos, entidad que pero me doliera agradecía. Seguía en el diván, pero me puso de cara hacia la seto, con las rodillas en el diván y con las piernas aun separadas. Entrelazó mis manos en mi espalda, dichas manos agarradas solo por una suya y con la otra, con la diestra empujaba mi rasgos contra la dique. Su miembro volvería a insistir el acto que había echo primitivamente, pero esta vez con más ferocidad si cabía. No paraba de chirriar, de un daño y un sufrimiento enorme, tal vez apaciguado un exiguo por lo excitada que estaba y lo sucia que me sentía. -Ah, para ahora papá para por favor, no aguanto más -Ya queda disminuido Lisa, ahora me voy a correr. Cuando oí la última cláusula, lo de que se iba a correr, se me aceleró la sangre no sé si por miedo o por impaciencia. Quedaba escaso edad para sentir su secreción en mí. -Ah, sin duda ya me queda disminuido, trae tu cara acá Mújol. Sujeta la parte inferior de mi cabeza con su mano. Yo seguía reverencia y tenía empalizada mío su falo justo por encima de mí. Movía alterna mente su gallina arriba y bajo inclusive que…paro por un posterior, y le salió su simiente disparado tanto una proyectil contra mi imagen, mojándome toda la cara y dejándome la pegajosa. Para acabar, se restregó su glande actualmente no erguido contra mi cara empapada de su caseína, me soltó la cara, empujándome la contra el firme. En el suelo se encontraba mi cuerpo, desnudo, y con la cara encharcada y roja por el golpe acoger, actualmente no lloraba porque no tenía más lágrimas y porque había disfrutado más que sufrido. -Si le dices esto Marge o a algún, lo que te haré será ínfimo.

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